martes, 25 de mayo de 2010

#13

Cuando llegaste aquí no sabías lo que iba a costar subir, pero sabías muy bien cómo bajar.
No importa dónde mires, tus ojos van a ver lo mismo. Van a percibir el violeta y el negro, a la lejos, a mitad de camino.
No importa cuánto corras, no importa cuánto camines, no importa cuánto avances, porque nunca vas a llegar.
Tú, tú vas a ser una violeta, sola, negra.
Porque tus lágrimas no van a llegar a brotar. Permanecerán, profundamente, dolorosamente, en tu garganta.
Va a llover.
Surcos negros en las venas, tu sangré será oscura, pero no tan oscura como lo será a partir de ahora, ahora que no verá la luz.
El velo que cubre tus ojos no desaparecerá. Podrás imaginar que se ha ido. Podrás imaginar que vuelves a ver. Pero la cortina seguirá ahí, para que rías, para que te diviertas, para que seas tú mismo, cuando nadie te vea, para que no lo puedas ver.
Para que no veas lo que hay detrás.
Para que no veas lo que no tendrás.
Para que no veas lo que te ha sido negado.
Para que no veas la realidad.
Deja que el agua acaricie tu piel.
Es lo único que vas a sentir.

... ¿es algo nuevo para ti?

No.

... me lo imaginaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por alguna razón me ha resultado agobiante, como si algo me estuviera acusando de algo o.o

Un kiss mayura ^3^