martes, 15 de junio de 2010

#23

- ¡Moretti, Moretti!
El aludido se giró con desgana hacia su compañero, aunque no tenía verdadero interés en lo que tenía que decirle.
- ¿Qué?
- Te traigo a una paciente, ¿eh? - hablaba rápidamente mientras conducía una silla de ruedas en la que iba sentada una niña de unos diez años- Se ha hecho daño jugando al fútbol. Necesita una radiografía. Encárgate tú, ¿eh? - le dio un amistoso golpe en el hombro que Rafael recibió sin que su expresión cambiara un ápice-. Hala, me voy a fumarme un piti.
Gonzalo se fue casi corriendo con sus característicos andares de paloma coja, dejando frente a su compañero a la niña en la silla de ruedas y a su madre, que se me abanicaba con una revista.
- ... Pelotudo.
Entonces, oyó el carraspeo la señora que estaba junto a su joven paciente. Totalmente inexpresivo, el doctor Moretti miró a la niña y a su madre, y preguntó, en el tono más diplomático que pudo:
- ¿Cuál es tu nombre? -sonrió con sinceridad.
- Se llama Concha -dijo la madre.
- Me gusta más Conchi -dijo la hija.
El doctor Moretti suspiró, miró al techo y respiró muy, muy profundamente.
- Conchi -dijo, mirando aún hacia arriba.
- ¿Algún problema, doctor? -preguntó la señora, un tanto confusa.
Rafael miró de nuevo a la madre, después, de nuevo a la hija. Se agachó, cogió la mano de la niña y le preguntó,con un tono levemente desesperado y una mueca:
- ¿Te importa si... te llamo... mmmh... Soledad?


Lluvia fría

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siento decirlo, pero que poco me gusta como nombre Soledad (bueno, y Concha o Conchi, también xD)