lunes, 5 de julio de 2010

#36

- No me crees capaz de hacerlo, ¿verdad Luca? -dije, con calma-.
- No -respondió simplemente, aunque de alguna manera ese "no" sonaba a "sí".

Sonreí e intenté emular su característica mirada penetrante mientras él dejaba de coser detrás del mostrador.

- Dentro de tres días tendrás noticias mías.

Evidentemente, mi burda imitación no surtió ningún efecto en él, pero me sirvió para sentirme menos amedrentada ante la suya, la única y original.
Asintió, serio. Pero cuando me puse la caperuza y me di la vuelta para abrir la puerta e irme, pude ver en el reflejo de la ventana que había vuelto a su labor y sonreía.


No moriré del todo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Luca es un amor, y a Pan se le coge cariño, ya lo creo que sí.

Besos de fresa (sabor de amor :P)

Sasa dijo...

A ver cuando sigues escribiendo sobre los elementos estos D: