lunes, 3 de mayo de 2010

#1

- ¡¿Pero cómo se te ocurre confiar en ella?! -le gritó a su tía-. En ella, una interesada, una... una... ¡comadreja! ¡Eso es lo que es! ¡Rastrera! ¡Asquerosa y sucia hetaira!
Indignado, cogió la puerta y se marchó con la cabeza bien alta y las aletas de la nariz bien abiertas.
Alberto le preguntó a su primo:
- ... ¿Qué ha dicho?
- Que es puta.
- Ah, vale.



Lluvia fría.

1 comentario:

Sasa dijo...

¿Por qué no comenté aquí? XDDDDDDDDDD ¡Si casi me muero cuando lo leí y hasta lo comentamos!