domingo, 13 de junio de 2010

#22

Seis meses después, con la llegada del otoño, se decidió a volver a la grieta que provocó Erva a su muerte en el claro del bosque de Breeth. Fue solo y despojado de la armadura blanca que le identificaba como general. De esta manera, la blancura de sus ojos y su cabello destacaba mucho más, pero no le importaba. Sólo quería sentirse cómodo en un viaje tan largo, de modo que vestía como un viajero cualquiera, contando sólo con su espada.
Vaistlen quería averiguar si era cierto aquello que, desde la batalla final, no había dejado de rondar por su mente; si de verdad ella había muerto o había desaparecido sin más, o si había ocurrido como él veía en sus sueños y, simplemente, había dejado de pertenecer al mundo terrenal.

Pasada la aldea de Breeth, se adentró en el bosque. Estaba cayendo la noche y pronto se vio rodeado de luciérnagas verdes y azules que iluminaban el camino. No desenfundó la espada; esa noche nada ni nadie iba a perturbarlo.
Ya era noche cerrada cuando vislumbró la enorme grieta. El paisaje se había vuelto fantástico y onírico: La hierba había cubierto los signos de la destrucción, pequeñas flores blancas brillaban en la oscuridad y las luciérnagas lo iluminaban todo, incluso se notaba una leve neblina. La vegetación amortiguaba sus pasos mientras observaba el panorama. Decidió que bajar con cautela hasta el fondo del barranco a pie, aunque era el camino más largo, era también el más seguro.
Pensó que, después de todo, había hecho bien en unirse a la causa de Leet y dar la espalda al Régimen. Sabía que había llegado al límite de su paciencia cuando le ordenaron acabar con la última de los Santos, la última persona que podía invocar por sí misma a las Almas, Erva Stradivarius, pero lo supo definitivamente después de haber visto con sus propios ojos cómo invocó a Artema aquel día, un Alma que ni el sacerdote más poderoso del Régimen podría haber llamado sin ayuda. Por eso había tenido la determinación de volver allí, porque tenía la certeza de que Erva Stradivarius no era sólo un Santo, o no un simple Santo.
En el fondo de la grieta las raíces de los árboles había crecido vertiginosamente, y ahora se entrelazaban creando una suerte de gran puerta que indicaba la entrada al santuario. La atravesó y se encontró en una cueva totalmente oscura. Lanzó un hechizo de fuego muy débil, de la fuerza justa para alumbrar la gruta. A medida que avanzaba, notaba que el suelo estaba encharcado, y el nivel del agua iba subiendo hasta que le alcanzó la mitad de la pantorrilla.
La angosta cueva se hizo de repente amplia y la pequeña bola de fuego que había invocado se hizo demasiado poco para iluminar toda la estancia. Cuando la dotó con más potencia, se sobresaltó al ver que al fondo, en el final de la gruta, la piedra estaba arrugada y retorcida, con una forma alargada, como si la roca y las raíces hubieran escupido algo de su interior. Al acercarse más, comprobó que se trataba de una figura humana, atrapada por la vegetación y la piedra. Todo tenía color gris, como si un velo de ceniza se hubiera posado sobre la pared. La figura humana estaba relajada, sin ofrecer resistencia a sus ataduras. Vaistlen comprobó que se trataba de una mujer, a juzgar por la fina armadura que llevaba y el pelo largo que se extendía y enroscaba con las raíces. Se aproximó a la estatua para observar su rostro y disipar todas sus dudas y, cuando vio el rostro inexpresivo de ojos muertos que tanto esperaba ver, se desplomó, de rodillas, en el suelo pedregoso.
Lo sabía, y lo sospechaba desde el principio. Era ella. Y la había dejado morir. Y no soportaba la idea de que no había sido en vano, que era necesario que ella abandonara este mundo; no soportaba la idea de que tuviera que morir para llegar a ser lo que era, lo que había sido desde el principio, pero le había sido negado: un Alma. Una diosa. La diosa.
Alzó el rostro hacia el de la escultura y lo sostuvo con sus manos un momento, mientras la llamaba entre lágrimas.

- Minerva...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es un fragmento de una nueva novela? Porque suelto cuesta entenderlo un poco...
Eso sí, el camino entre luciérnagas tiene que ser precioso tal y como lo describes <3

Sasa dijo...

No se por que no te comenté aquí pero ya me vale D:
¿Qué puedo decir a parte de T____T?